viernes, 26 de julio de 2013

"Anunciar y Dar"

“Anunciar y dar”
Por: Gab Pérez


Mateo 10:7-8
Reina-Valera 1960 (RVR1960)

“Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.”

¿Cuántas veces no hemos escuchado este versículo a lo largo de nuestra vida cristiana? Acabo de concluir que la mayoría de las veces se aplica de una forma incorrecta enfocándolo únicamente a la salvación. Alguna vez hemos escuchado “Así como has recibido salvación hermano necesitas compartir a otros de la salvación” y casi siempre se termina esta frase con “de gracia recibiste, dad de gracia”. Y no me malinterpretes, compartir a otros que en Jesús hay salvación y esperanza es nuestra principal razón de existir y el principal motor de todo lo que hacemos para Él. Inclusive el pasaje inicialmente nos llama a que “prediquemos diciendo: el reino de los cielos se ha acercado”. Entonces compartir la esperanza en Jesús es prioridad.

Pero Jesús no dijo: “Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.
Así cómo se os anunció la salvación, anunciad a otros; de gracia se os anunció, anunciad de gracia”

Yo sé que se ve bien bonito, fácilmente esto podría pasar por un versículo de la Biblia y nadie lo notaría! Pero, esto no fue escrito así, no fue escrito con esa intención. Jesús quiere mostrarnos aspectos más profundos.



   1.  Anunciar y dar.
Como mencioné, anunciar es prioridad, pero el versículo enfatiza 2 verbos: predicar (anunciar) y dar, por lo tanto se nos manda obedecer haciendo las dos cosas. 
En lo personal ya estoy fastidiado que únicamente busquemos anunciar, hacer que otros crean con palabras, creo hemos caído en la palabrería. Estoy harto de que vayamos de casa en casa anunciando un mensaje de salvación, y en nuestra propia casa vivamos como queramos. Hablando que Dios es amor y sin poder amar a nuestro hermano. Hablando que Jesús transforma y nuestra propia vida resistiéndose a ser transformada por Él.

 Necesitamos anunciar pero también necesitamos dar y lo que Jesús nos llama a dar no es dinero, ni caridad, nos enlista acciones concretas:

- Sanar a los enfermos.
- Limpiar leprosos.
- Resucitad muertos.
- Echad fuera demonios.

 Ya sé, ya sé te hiciste la misma pregunta que yo, ¿Resucitar muertos, echar fuera demonios? ¿Cómo llego a este nivel?

Lo siento, creo que ahí no puedo ayudarte aún, yo mismo estoy descubriendo como diantres se llega a ese nivel. Lo único que la palabra me enseña es que si aspiramos a dar a ese nivel, y necesito recibir para dar, entonces necesito recibir a otro nivel. Y este nivel jamás se logrará con obediencia a medias, con poquito de iglesia los domingos y 6 días de rienda suelta al pecado. No se alcanza con 30  minutos de oración y un pasaje de la Biblia al día. Y menos siendo una persona hipócrita, siendo uno en la iglesia y en el trabajo otro. Bendecimos a Dios con nuestros labios pero con esa misma boca hablamos cosas que ni de chiste vendrían de Él. 
Tiene que ser algo más profundo. ¡Debe de ser algo más profundo! Algo más que lágrimas en los tiempos de adoración, algo más que sólo reuniones de 30 minutos de alabanza, una predicación y las ofrendas. Si Dios ha preparado cosas que ojo no vio ni oído escuchó. ¿Por qué nos conformamos con tan poco?



Una nueva naturaleza habita en nosotros, pero Jesús tiene que recrearse de una manera total en nuestras vidas, sólo así sentiremos lo que Él siente, pensaremos como Él piensa y actuaríamos como Él lo haría. Nuestras prioridades serían las de Él y nos interesaríamos menos por nosotros.

Sólo así nuestro mensaje tendría poder, dejaría de ser únicamente palabras, podríamos poner nuestras manos sobre las personas y realmente dar, realmente bendecir. Sentirían el mismo toque de Jesús. Hablaríamos a la enfermedad y tendría que desaparecer. Los demonios tendrían que huir al vernos, y no porque nos ven a nosotros sino porque ven a Jesús en nosotros, ¡el mismo poder del Padre en nosotros!. ¿No te gustaría una iglesia llena de “pequeños cristos”? (entendiendo que “cristianos” quiere decir eso, pequeños cristos) Así empezó todo, la comunidad, la sociedad viendo a personas con el mismo carácter y naturaleza de Jesús.

Sólo así haríamos la diferencia, dejarían de llamarnos “hermanos” en son de burla y empezarían a anhelar recibir la misma gracia que hemos recibido.


“La verdadera enseñanza que trasmitimos es lo que vivimos; y somos buenos predicadores cuando ponemos en práctica lo que decimos”
San Francisco de Asís

G Bless
Se prohíbe su reproducción total o parcial sin previa autorización. Copyright. Derechos reservados. Gab Perez Ministries 2013.


martes, 16 de julio de 2013

"Se Fructífero"

"Se Fructífero"
Por: Gab Pérez

Génesis 1: 1-30 NVI
"Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. La tierra era un caos total,  las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas. Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir”


 El Espíritu de Dios se movía sobre la tierra la cual se encontraba en un caos total, esto deja en claro que el Espíritu Santo puede moverse en cualquier situación y circunstancia. En este pasaje vemos una secuencia en la manera en cómo suceden las cosas. Considero que Dios no requería 6 días para ordenar la tierra, él es Dios y lo pudo haber hecho en un instante con el poder de su palabra. Pero detrás de esto hay aspectos que él nos quiere mostrar: todo lo que aspira pasar de un caos a un orden requiere de un PROCESO.

Esto lo vemos ya que primero ordenó que se hiciera la luz (Génesis 1:3) posteriormente llevó acabo separación de aguas en el firmamento y posteriormente de aguas con la tierra (Génesis 1: 6-9), y habiéndose encontrado todo en orden; entonces vino la creación: el crecimiento de la vegetación. Posteriormente la creación del ser humano quien después recibiría la bendición para ser “fructíferos y multiplicarse” sobre la tierra.

Dios es el primero y será el mismo hasta el fin (Isaías 41:4 NVI) debemos entender que nuestro crecimiento, (como hijos de Dios, ministros, como llamados al conocimiento de su gracia) debe pasar por un PROCESO antes de poder ser fructíferos en todas las áreas de nuestra vida.  Este pasaje aplica totalmente a aquellos que desean hacer algo que impacte a esta generación, a aquellos que quieren dejar huella sobre la tierra y en los que les rodean. Necesitas pasar por ese proceso, tu siendo el caos y él como siempre el Creador, el que va y viene sobre ese caos, el que es capaz de traer orden a tu vida y bendecirla de modo tal que seas plenamente feliz!

                                                                               


Necesitas saber entonces:
1.      Tiene que hacerse la luz:
Esta luz únicamente puede traerla Jesús entrando a nuestra vida y asentándose en nuestro corazón. (1 de Juan 1:5) Y esta luz debe acrecentarse a medida que profundizas en el conocimiento de Él y de su Palabra y como consecuencia impactar en la comunión con otros. (1 de Juan 1:7)
2.      Necesita haber separación:
Así como en el Génesis en el proceso de todo siendo ordenado hubo separación de aguas de la tierra, así nuestras vidas necesitan separarse de este mundo, vivimos en el mundo más no somos del mundo,  (Juan 17:16 y 18 NVI), separación se resume en santidad (Lev. 11:45).
3.      “Vendrá el crecimiento y Dios empezará a hacer”:
Entonces empezará el crecimiento, Dios entonces empezará a crear donde no hay, a hacer de donde no hay nada, a abrirte camino a lugares que no imaginaste pisar y darte las estrategias para conquistar.

Necesitas entender que si Dios te lleva a ser fructífero en cada aspecto de tu vida, es con el único propósito de que puedas multiplicarte, compartiendo con otros como tu propia vida pasó del caos a ser completamente fructífera. 



Lo único por lo que estamos aquí en esta tierra (bueno además de conocer a Dios) es por las personas y únicamente las personas. Y esto se debe reflejar edificando a nuestra familia en Cristo y a ser luz para que otros puedan recibir luz en su propia vida y puedan ser fructíferos. Somos llamados a que esta secuencia se repita una y otra vez hasta que todos vengan al conocimiento de Su gracia.

Quiero dedicar esta reflexión a mis compañeros de batalla: AtmosferaYouth!, en especial a mis pastores Edgar y Lupita, a Luis, Andrea, Steve, Pablo, Hector, y al último pero no menos importante: Alexis, jaja =D son grandes en el reino. ¡Ánimo!

G.Bless
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