jueves, 3 de septiembre de 2009

"Una pequeña nube"

"Una pequeña nube"
Por Gab Pérez



Realmente en mi corazón hay un deseo que no solo puedas llegar a leer estas reflexiones sino que puedas comprender la esencia de lo que Dios te quiere transmitir y de los cambios que él quiere llevar a cabo en tu vida.

Ya es hora de que comiences a actuar diferente, hacer esos pequeños cambios que realmente te lleven a ser, tener y hacer lo que Dios ya pensaba para ti mientras te formaba (Sal. 139:13)
Tú fuiste programado para el triunfo, no hay nada y nadie en la tierra que pueda detenerte. No tienes por qué fracasar. Si Dios contigo, ¿habrá alguna cosa o persona que pueda levantarse contra ti? (Rom. 8:31)

Me gustaría pudieras leer 1 Reyes 18:41-46.

Recuerdo un día estando en Monterrey donde realicé mis estudios de Instituto Bíblico, estar en mi casa sentado en un sillón por la tarde. Dentro de mi había una frustración y un desánimo porqué sentía que nunca podría
llegar a ser el músico que veía en otros compañeros del Instituto, o un cantante con una voz hermosa; que nunca podría llegar a ser el siervo de Dios que anhelaba ser, que nunca podría pararme detrás de un púlpito y ministrar como esos grandes hombres de Dios que admiro. Por toda mi vida fui introvertido, ¿hablar en público? ¡Ni soñarlo! Jamás tomé clases de música y si cantaba en la regadera por una misteriosa razón el agua dejaba de salir. Y ese día llegué a cuestionar mi llamado seriamente, ¿realmente Dios puedes usarme siendo que soy lo menos indicado, lo menos talentoso, lo menos calificado? Más de una vez quise renunciar y regresar a mi casa. Me sentía como cuando juegas fútbol, están haciendo los equipos y no eres seleccionado por nadie y es hasta el final que te mandan al equipo que no tuvo otra opción más sino que elegirte.
Esa tarde Dios me habló de una manera que nunca olvidaré. El día estaba soleado, pequeñas nubes se veían y de repente de la nada empezó a llover, en ese momento Dios me habla de la manera en que sólo Él sabe hacerlo y me dice “me agrada que te sientas así, porque al sentirte el más pequeño sabrás que en todo lo que haga a través de ti, la gloria será mía” recapacité y esta porción de la Biblia pudo cobrar vida. Y desde ese día sólo me tomo de esta palabra que quiero compartir contigo el día de hoy.

En este capítulo vemos como Elías predice una de las más grandes sequías que pudo haber experimentado Israel; la maldad se había multiplicado entre el pueblo escogido por Dios y entre tanto pecado Dios levantó a Elías para traer de nuevo arrepentimiento y avivamiento a su nación. (1 Reyes 18:39)

Todo comienza con “Entonces Elías dijo a Acab: sube, come y bebe; porque una lluvia se oye.” (1 Reyes 18:41). Acab comió y bebió (1 Reyes 18:42) pero me imagino a Acab dentro de sí “¿De qué habla Elías, se oye una lluvia? No veo que esté nublado”. Me llama la atención como Elías pudo ver la situación con los ojos de la fe. Tal vez no estaba nublado en ese momento; pero él a pesar de la realidad y lo que pudiera llegar a pensar Acab pudo estar convencido que una lluvia se aproximaba. En fin, Ahora Elías envía a su criado al monte y lo manda ver el mar (1 Reyes 18:43) y como el criado no vio nada Elías le dice “Vuelve siete veces”. (1 Reyes 18:43) De nuevo Elías ejercitando su fe mientras que los demás no veían nada.

A partir de aquí tratemos de jugar un poco con la historia para entender el tipo personas a las que Dios le fascina usar para sus propósitos.

Yo creo que Elías enviaba a su criado porque estaba convencido de que la lluvia estaba en camino, aunque su criado pensara que estaba loco. Tan convencido estaba que al mandarlo siete veces me da a entender algo como “Criado, abre bien los ojitos y date que cuenta que
la lluvia viene en camino”, A la séptima vez que fue el criado, en la frustración de que las otras 6 veces no vio absolutamente yo creo pensó dentro de sí, “Es que no está nublado para nada, si se espera una gran lluvia debe de haber grandes nubes, y es que solo hay una nubecita como la palma de la mano de un hombre, esa nube no creo que termine con esta sequía, pero bueno le diré que eso es lo único que veo”. (1 Reyes 18:44) Creo que en la primera, segunda, tercera vez, en todas las veces ya estaba esa nube ahí. Pero el criado para nada le dio importancia. Sin embargo Elías sabía que esa nube era suficiente para la gran lluvia que rompería con una sequía de años.


Dios uso una nube pequeñita como el impulsor para que después más nubes llegaran y entre todas hacer llover (1 Reyes 18:45). Una nube del tamaño de la palma de una mano fue lo usado por Dios para traer esperanza, para saciar la sed de toda una nación que ya estaba desesperada, para regar los plantíos secos y regar la tierra agrietada por la falta de agua, y aún abrirle los ojos al criado de Elías. ¡Una pequeña nube!
Realmente no importa que tan pequeño puedas sentirte, no importa que tan pequeño te hagan sentir lo demás, no importa que aún a la fecha te sigan escogiendo al final en el fútbol; o en la reunión de jóvenes cuando ya todos tienes su asignación a ti te manden a limpiar las sillas de la iglesia. Y no importa porque lo pequeño en manos de Dios está destinado a algo no sólo grande; ¡Enorme!

Entiende, fuiste programado para el triunfo, el éxito fue puesto dentro de ti en el momento que fuiste concebido, y el Dios Todopoderoso te va abriendo paso en tus caminos. Vivimos tiempos difíciles donde en nuestra ciudad y en nuestro país hay una terrible sequía espiritual, y todavía millones de personas estan muertos en sus “delitos y pecados” (Efesios 2:1) anhelando con todo su ser el ser rociados con esa agua de vida que solo pueden recibir de Jesús (Jn. 4: 8-10). ¿Y
quienes van a ser los valientes que se van a atrever a ser esas pequeñas nubes que destilen bendición? No somos indispensables para Dios, sin embargo podemos ser usados de Dios en niveles que ojo no vio, tan sólo ámale con todo tu corazón. (1 Cor. 2:9) Vive en su presencia, deléitate en las pruebas y adversidades, da gracias a Dios por tus capacidades y da más gracias por tus limitaciones. Si tu lees esto, lo siento se te acabaron las excusas. Sé la nube que impulse a otros a ser de bendición, ¡Sé esa pequeña nube para su gloria!

Para memorizar:
1 Corintios 1:27-29 (Reina-Valera 1960)
“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”

G-Bless
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1 comentario:

  1. Hoy por la mañana, mientras hacia mi rutina y revisaba que habia de nuevo en mi correo, vi que tenia uno tuyo, donde precisamente, proporcionabas el link de tu blog. Me alegra mucho saber de ti después de tanto tiempo, me entusiasma en gran manera ver lo que Dios está hablandote, siempre supimos que serias revolucionario (Hasta Esteban Vazquez lo dijo en la graduación jaja), pero me alegra que la energía y el gran potencial que tienes, lo uses para mostrar a los demás del amor de Jesús!.
    Siempre te recuerdo con cariño,y ahora tus palabras, han sido de gran bendición para mi vida. tqm!.
    atte
    Denisse Cota Urquijo :D

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