Por: Gab Pérez
Estamos en los pequeños detalles que nos llevarán a ser grandes para Dios, aqui les dejo el segundo secreto.
II. Actitud de servicio.
a) Servicio como clave de la grandeza.
Mt. 20:26-27
"Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo."
Recibí el llamado de Dios a servirlo a la edad de 17 años, el mismo día que me visitó estando en mi cuarto. Ardió tanto el llamado de Dios en mi que no me fue difícil renunciar a mi sueño máximo de ser futbolista. A partir de ahi servir a Dios era lo único que quería en mi vida.
En todas las cosas que me apasionan me gusta soñar e irme a lo grande y sobre todo sobresalir. Por lo que cuando Dios me llamaba lo único que le pude decir es "Señor, si he de servirte, lo único que deseo es hacerlo de una manera grande". La Biblia se volvió lo único en mi vida, y no mucho después pude descubrir este pasaje. Y entendí que cada vez que sirvo es escalar un peldaño más hacia la grandeza. No sé que tan larga vaya a ser mi escalera, pero en vez de quejarme de todo el tiempo que ha pasado y nada, preferiré seguir sirviendo confiando en que Dios no faltará a su palabra.
Dos años despúes de recibir mi llamado, cuando inicié mis estudios en el Instituto Canzión en la ciudad de Monterrey. Todos los de primer ingreso nos llevamos una sorpresa, no habia nadie que hiciera la limpieza, nosotros ibamos a ser los intendentes, ¡sin paga, ni descuento en la colegiatura, ni siquiera una explicación! y pareciera que los alumnos de otros semestres ensuciaban a propósito ¡un cochinero que habia que limpiar! y encima de todo teníamos que llegar una hora más temprano para hacerlo, por lo que tenía que levantarme a las 5 am para alcanzar camión y llegar a tiempo. Un día era barrer, otro trapear, otro día era limpiar los baños, destapar los excusados (ahi te cuento si no le habían jalado y te salpicaba todo).
Hubo compañeros mios que se quejaron y renegaron tanto, "Ay o sea yo soy el mejor guitarrista, en mi iglesia nunca me pedían esto" hubo quienes por ese motivo se salieron de la escuela. No digo que era lo más agradable del mundo, si lo llegué a hacer era por el anhelo que se creó en mi de ser usado por Dios de una manera grande.
Sirve en lo que puedas, sirve a quien puedas, si no tienes tiempo porque tus responsabilidades han aumentado, o porque ya tienes un trabajo de oficina y no tienes tiempo, siempre procura hacerte el tiempo para regresar a lo básico: servicio. Sirve a tus compañeros de trabajo, a tus superiores, a los que están a tu cargo. Al pastor, a los hermanos mayores y los menores que tú. Y si Dios te ha ido promoviendo, no olvides seguir sirviendo en tareas que no te correspondan y sobre todo recuerda que las promociones son gracias a Él.
b) Aprender a servir fielmente en lo poco.
Mateo 25:21
"Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor"
Me apasiona la vida de David, todos sabemos que él inició su carrera como pastor de ovejas, ni siquiera ovejas suyas (1 Sam. 17:15), ¡ovejas de su papá! Y estoy convencido que alguien conforme al corazón de Dios no renegaba de esto, al contrario. Le sirvió de preparación para lo grande que se aproximaba a su vida. Le sirvió para desarrollar su fuerza y darse cuenta que era capaz de pelear con leones y osos; y vencerlos (1 Sam. 17: 34-37). ¿Bien pudo dejar que los osos agarraran a las ovejas que quisiera no? Finalmente ni ovejas suyas eran "achis que venga mi papá a defender a sus ovejas" pero el peleó como si lo fueran y como fue fiel en lo poco Dios después pudo confiarle la tarea de matar a un gigante y mucho después confiarle el reino más poderoso y próspero, el más grande de su tiempo. Cuando eres fiel en lo poco, Dios podrá ver que estás listo para responsabilidades mayores, podrá confiarte riquezas y posesiones con la certeza que diezmarás de todo, que esto no desviárá tu corazón de Él; hasta que pueda confiarte tu tarea máxima.
b) Servir a nuestros enemigos.
Juan 13: 1
"Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido."
Dios nos manda a amar a nuestros enemigos (Mt. 5:44) es muy fácil amar a los que nos aman, Jesús bien lo dijo, ¿que caso tiene? lo interesante es amar a los que nos aborrecen. El amor hacia mi enemigo debe traducirse en servicio a él. Y si debo servir y amar a mi enemigo, con mucha más razón, los que me molestan en la escuela, los que me quitan el lonche en el recreo, los que hablan mal de mi, me hacen mala cara. No sé a todos. En vez de que te quiten el lonche en el recreo porque no mejor un día llevas dos lonches y le dices "mira, te preparé uno a ti"
Qué ejemplo tenemos de Jesús que aún sabiendo que Judas le había de entregar a un asi también le lavo los pies a él. ¿Pudiéramos hacer lo mismo por alguien que nos ha dañado?
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